Sinopsis
En la Feria de San Isidro de 1994 , el matador de toros Julio Aparicio realizó una obra maestra . Ha pasado más de un cuarto de siglo desde entonces y todavía permanece en la retina de todos los aficionados. El torero cuajó una faena cumbre desde la naturalidad, abandonando el cuerpo, como si se fuera a producir el desmayo que se transformó en éxtasis.