Sinopsis
Los animales y los seres humanos tenemos una cosa en común que nos une: el juego. Gracias a sorprendentes experimentos realizados por expertos de todo el mundo descubrimos cómo el juego tiene el poder de hacer que los animales y los seres humanos sean más inteligentes, más sanos y más propensos a sobrevivir. Mientras jugamos, aprendemos.
Jugar libremente como un niño es clave para estar mentalmente saludables cuando somos adultos. ¿Sabías que la ansiedad social se desarrolla a una edad temprana? Este es un trastorno que comparten los humanos y los animales, lo demostramos a través de un experimento con arañas que se ven obligadas a relacionarse con otros de su misma especie que nunca antes han visto.
Viajamos hasta Noruega donde niños en edad de preescolar juegan en cuevas, se suben a montañas rocosas y caen por colinas. Descubriremos los beneficios emocionales para el futuro que poseen estos niños gracias a arriesgados juegos.
Dirección
Christine McLean